miércoles, 1 de agosto de 2007

¡Firmes…marchen!


“Queridos padres de familia, como es sabido, mañana se realizará el desfile escolar conmemorando el Centésimo octogésimo sexto aniversario de la independencia del Perú. Les pedimos prestar atención en los accesorios necesarios para que la participación de su hijo(a) sea memorable. A continuación, la lista de atuendos que los alumnos deberán traer: Inicial: rifle pequeño de madera o de plástico, disfraz de comando (incluida boina) y botas negras; primaria y secundaria: uniforme escolar, escarapela, guantes y escarpines blancos. El desfile se realizará en las afueras del colegio a partir de las 11 am. Este año contaremos con la gratísima presencia del Sr. Alcalde y de cuatro representantes del Ministerio de Educación. Esperamos su puntual asistencia. Atentamente, la Dirección”

Se celebran fiestas patrias y en los colegios sí que se nota. El desfile escolar se convierte en la mayor preocupación, y así, en la más escalofriante forma de sacar pecho por el Perú.

Pasa que aún existen los que creen que un arma es símbolo de fuerza, pasa que si uno no levanta bien la pierna no es peruano, pasa , también, que si el muchachito no gritó con endemoniada rudeza viva el Perú no es macho, en conclusión, pasa que nos quedamos, una vez más, en el desamparo de la superficialidad. Creen rendir honores a la patria emulando la brusquedad de la milicia, y claro, tienden a asociar la valentía con la fuerza física y el erguido andar. Sin embargo, muy seguros de ellos mismos, reniegan de la invasión a Irak. Vaya contradicción.

Queda claro que las clases perdidas y los gastos numerosos son una “importante inversión”. Pero si pensamos, tan sólo un poco más allá, entenderemos estas frígidas costumbres como algo completamente innecesario. ¿De qué sirve todo esto?, ¿es mejor peruano uno cuando marcha?, ¿hay alguien, tan elevadamente correcto, que pueda determinar si se es mejor peruano con la escarapela más centrada?, sinceramente, no lo creo. No sólo reniego de la banalidad de un desfile escolar sino de todo lo que éste trae consigo. El sentido que el alumno y el profesor le han dado al desfile escolar es limitante. Por el lado más gráfico se esperan con ansias las horas de ensayo, lógico, menos clases, más relajo. Por el lado más estremecedor ―ahora refiriéndome a lo limitante de ésta práctica― se concibe al desfile como la más importante, por esto, la más usual, forma de alagar al Perú en épocas escolares. Así, con esta indirecta exclusión, se tiene al arte como un medio secundario para demostrar el cariño al terruño: un poema, un baile o una pintura no caben en la rigurosidad del desfile escolar. Y si en términos de libertad hablamos, no somos muy libres (ni creativos) haciendo por once años las mismas maromas militares.

Seguro habrán quienes piensen al desfile como arte (el derecho a considerarlo así es todo suyo). Seguro, como ellos, estoy de la apatía del escolar promedio con los gritos del profesor cuando de sincronizar el brazo y la pierna se trata. Es que marchar es una obligación muy mal fundamentada por quienes la consideran útil. En fin, si el talento y la creatividad, de la que tanto nos jactamos, siguen escondidos tras el enorme muro de la tradición y la cucufatería, habrá, entonces, que seguir obedeciendo al “¡firmes…marchen!”.


Por Santiago Gómez

2 comentarios:

ManoNegra dijo...

¡Viva el Perú!, lo grité con fuerza durante los únicos tres desfiles en los q marché.si , tres. Porque nunca fui alto, nunca flaco, siempre levante poco la pierna y nunca dje de gritar(dentro de mi palomillada de chibolo) EL CARAJO despues del viva el Perú.no pertenece mas que tres veces al batallón. Un país tan contradictorio, que es de mixtos por origene y trascendencia y es racista por ignorancia, desfila en una abrumadora gala de despilfarro y lujo, dando el espectaculo al glorioso presidente que gobierna las riquezas del país, que invierte en el desfile por la patria, mas quen el en frio de los puneños, en el que nunca se queja por hechar tanto combustibles para lucir los tanques, y no por ponerle gasolina alos carros de los municipios para ayuda en pueblos remotos, aquel presidente que NO ha hecholas cosas mal y tampoco bien del todo, auqel experimentado presidente q aun le tiembla la mano al leer el discurso de 28 y quien decreta lo bonito del inservible desfile con un gesto y un aplauso.
Santi eres la vox. perdon por los apristas, pero es lo que pienso de alan y puedo estar equivocado.
buen blog y buen estilo ya lo dije en un post anterior.

adrian

Anónimo dijo...

Pues la verdad los ensayos para marchar eran recontra aburridos, cada vez que iba ponía una cara mas fea que la que tengo ahora, esque nos obligaban y era lo peor porque abusaban de uno. A mi me han pegado un monton por no querer marchar y el sonso este del profesor de disciplina pegaba duro con un palo de madera. Y pues nunca nos hicieron ejercicios de flexibilidad para levantar la pierna mas alto. Yo en el colegio era mas tiezo, ni siquiera sabía como hacer para que mis piernas se estiren mas ¡es una vaina!

Y pues con respecto al arte, mi abuelo ama los desfiles escolares, nos e pierde ni uno, pensar que siempre estaba en la tribuna viendo el desfile y pues yo estaba desfilando con la cara roja y moléstisimo porque teníamos que esperar toda la mañana para desfilar unos segundos.

pero en si, me gusta como se ve el desfile, cuando todos se ven sincronizados se ve muy bien, aunque hay colegios que lo hacen mal mal mal...

y lo único que me queda por decir es... queee.... ahora que esoy libre de sufriemiento, cuando hay desfile me quedo en mi casa viendo television o jugando con mis hijos.