viernes, 27 de julio de 2007

Fujimori & Company


Orlando Álvarez será un nombre que perdurará en la memoria de los peruanos como un ingrato recuerdo. Este juez nos ha creado el sinsabor de saber que no sólo la justicia peruana anda más ciega que nunca, sino que la internacional –verbigracia: la chilena- padece del mismo mal. Aunque el falló que niega la extradición ha sido un baldazo de agua fría, sobretodo cuando a entender de la fiscal Mónica Maldonado había mérito jurídico para que sea factible, era algo previsible viniendo de un juez conservador y gestor de una justicia chilena cuestionable de expedientes oscuros como el de Pinochet. Álvarez puede ser visto como un miembro de la gran corporación de la corrupción fujimorista cuando, más allá de denegar la solicitud de extradición y no otorgarle valor a ninguna prueba testimonial y documental adjuntada a los cuadernos de extradición, exige pruebas documentales de la emisión de órdenes para matar o desaparecer personas; sin ellas, considera que los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta fueron hechos aislados y que Fujimori no tuvo participación alguna.

El gobierno peruano de turno parece también figurar en la planilla de FUJIMORI & COMPANY. Hasta ahora no hay un pronunciamiento debido de Alan García, muy impropio de un hombre acostumbrado a la verborrea y aparición pública. Tal pasividad no hace más que ratificar ese acuerdo inmaterial pero visible que existe entre el oficialismo y los fujimoristas, sin los cuales no se tendría un contundente apoyo en el Congreso aprista. Aquella sentencia de Keiko Fujimori, por la que afirmaba que la vuelta de su padre no le convenía al gobierno, parece haber sido muy bien asimilada y meditada por los apristas que, ante situaciones así, quedan demasiado estrellados. ¿Qué tendría que decir un presidente, ex prófugo, que escapó, hace ya 17 años, con los bolsillos llenos de lingotes dejando al país en la más grave de sus crisis económicas; y que, por esas amnesias de los peruanos y esos caprichos del destino, ocupa hoy el sillón presidencial?

Fujimori anda chino de risa. No podemos determinar con seguridad si la extradición estuvo mal planteada. No sabemos si fue tan solo una casualidad que, horas mas tarde de conocerse la resolución de la justicia chilena, la Cámara de Diputados de Chile ratificó el TLC con Japón. ¿Hubo presiones? Hay suspicacias. Sólo sabemos que Chile se convierte en el próximo destino turístico de muchos prófugos y delincuentes internacionales ansiosos de impunidad.

En esta “pichanga justiciera”, el Perú ha jugado con sus no consolidados argumentos jurídicos, mientras FUJIMORI & COMPANY juega con sus mejores técnicas en el plano político, postulando por aquí y por allá.


Por Frank Córdova

1 comentario:

Toño Rodriguez Mannucci dijo...

Muy bien muchachos me gusto mucho el blog. Entre de casualidad al ver el nick de Santi, espero sigan asi y saquense uno de poseia para aportar yo tambien (jejeje).

Suerte y saludos a todos en Piura.